Día del Libro 2024 con Ana Rossetti

Este año celebramos el Día del Libro con Ana RossettI, que nos visitará el próximo jueves para hablar de su último libro Somos un cuerpo herido.

A continuación dos poemas suyos:

ATRÉVETE Y SUCEDERÁ


Imagina la oscuridad.

El horror dispara sus minutos a la velocidad de la metralla.

Las sirenas crecen como aullidos de chacales,

los gemidos retumban entre los escombros, clavan sus esquirlas.

Imagina tus lágrimas como bayonetas,

desahuciadas de todo consuelo, de toda piedad.

Refugios rebosando de miedo, temblando de miedo

mientras los cadáveres elevan sus montañas,

mientras los bombarderos gotean constelaciones en las aceras.

Imagina el aire entrándote, invadiéndote de muerte.

Se pulverizan árboles y bibliotecas;

se desgarran cuerpos y muros,

se mutilan recuerdos y palabras;

se siembran minas, terrores y esqueletos de pájaros.

Imagina la orfandad de las cosas. El llanto de las cosas.

Imagina cómo los héroes se envuelven en capas escarlatas.

Cómo los verdugos despliegan alfombras escarlatas.

Cómo las víctimas se ahogan en manantiales escarlatas.

Y cómo el espanto, la venganza y el odio

ganan batallas en tu corazón sobrecogido.

Estás en medio del recinto inexpugnable del pánico.

Y eres tú quien orquesta los crímenes. 

Porque has sido tú.

Tú, que eres capaz de imaginar,

de sentir todo lo que imaginas,

de fabricar todo lo que sientes,

de construir realidades con los sueños

quién ha dado vida al horror.

Por eso, atrévete a cambiar la estructura

del  mundo

y donde dices temor di esperanza

porque las lágrimas también son de alegría.

Porque la sangre también es nacimiento.

Porque la belleza también es sobrecogedora

y el amor un potente estallido.

Por eso, atrévete.

Apacigua tu mente,

ilumina tus ojos,

imagina justicia.

Imagina consuelo.

Imagina bondad.

Ana Rossetti

GRACIAS TE SEAN DADAS

Porque desbrozas tu belleza incesante
y la pones al alcance de los labios.
Porque asignas un nombre a cada sentimiento,
para que actúe su furia, su arrebato o su delicadeza.
Porque quitas las cortezas al dolor
y nos instruyes con sus entrañas conmovedoras.
Porque nos haces vibrar como la noche rebosando de
insectos
o nos sosiegas como el día en las horas doradas de la siesta.
Porque desbaratas todo lo aprendido
para que se revelen los enigmas.
Porque los movimientos más imperceptibles
son vehementes certezas.
Porque desovillando los laberintos del silencio
conduces hasta lo más hondo del corazón
lo más hondo de los corazones de los poetas.
Porque en ellos encontramos hermanos en la celebración
y refugio para los ardientes aguaceros de las lágrimas.
Porque jamás te impusiste, porque invitaste siempre,
porque nunca castigas si te olvidan o no te reconocen,
porque con sabia paciencia alisas los manteles,
vigilas el vino y aguardas a que un día, se haga festín de ti.
Por todo ello, gracias te sean dadas,
Poesía, señora nuestra.

Ana Rossetti

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